martes, enero 23, 2007

Zebraman


Zebraman... ¿el hombre zebra? ¿? no, no hay que dejarse asustar por el tufillo a serie ultra Z que despide el título, por que detras de el, hay una gran película, un analisis antropológico que muestra las necesidades y los complejos de todos los frikis que andan dando vuelta, perdidos, en el planeta. Y no arma un drama de ello, lo contrario, se aprovecha para armar una divertida historia en que todos se veran, aunque sea un poco, reflejados.

Todos tuvimos en nuestra infancia un superhéroe o personaje de ficción predilecto, y nos calzabamos su piel para llevar adelante soup operas durante las tardes con los amigos del barrio. Por supuesto, ahora de "grandes" llamamos a nuestras frikadas "arte" y nos pasamos largo tiempo discutiendo el sentido filósofico-épico de Robotech o la crítica social que representa Superman (¿?), en sus envases originales o en nuevas "joyas" que hablan de lo mismo pero contando otra cosa.



Claro que para algunos ese fanatismo sigue existiendo aún habiendo armado ya una familia y pasado a la categoría de persona no confiable ("más de 30 años"). Es el caso de nuestro amigo Shinichi, un profesor que pasa largas horas confeccionando el traje de Zebraman y es despreciado por su esposa, ignorado por su hija y fuente de desilusión para su hijo (para más INRI, los dos van a la misma escuela... y sabemos que consecuencias trae eso). Su héroe de la infancia, prota de una serie de televisión de los ochenta fracasada a los pocos episodios, es un refugio para su gris vida. Y poco a poco, la llenará de color, sobre todo gracias a esas criaturitas verdes que parecen moco galactico queriendo conquistar el mundo, desatando hechos de guiones olvidados que cobran vida...

Osease, Zebraman es la historia de como un hombre común, mediocre, se convierte en un héroe, tal como en sus más afiebrados sueños. Y no cualquiera, si no en "su" héroe. Un hilo argumental tal vez básico, pero que Takashi Miike ha sabido como llevar adelante en esta pelicula que, no solo se toma en serio, si que te hace tomarla en serio, aún con sus mini parodias incluidas. El gran secreto es que a pesar de contar un historia fantástica que a primer vista conspira en su contra, es la habilidad de mostrar al alter ego de Zebraman como el proyecto fallido que podriamos haber sido (o que somos) lo que causa empatía: ¡no puedes sino querer y desearle lo mejor al pobre diablo ese!



La pelicula esta rodeada de un exquisito rodaje, con toda la personalidad que el ponja este sabe darle a sus peliculas, con escenas totalmente hilarantes donde la calidad de producción cae a mini producción de TV sin desentonar, con bandidos bizarros y coros potentes en la partitura musical al grito de "Zebramaaan!". Los efectos especiales son normales, nada del otro mundo, pero encima de la media para estas peliculas de bajo presupuesto (bah, tengo entendido que lo es), y las escenas de "kunfú" estan muy bien coreografiadas, son imaginativas y, algunas veces, no escatiman en violencia.

Concluyendo, una peli de visionado recomendado. No estoy seguro de si obligado, seguramente hay otras historias de este tipo en Japón (me juego un guisante). Sin embargo garantizo que vas a pasar un buen rato acompañado de Zebraman, y si la comprendes, tambien pensarás un poco después.