martes, noviembre 21, 2006

Sympathy for Lady Vengeance



































Hay películas que están por encima del discurso moral (moralista o no) barato que predomina hoy día (y ayer, y hace veinte años... digamos que desde siempre). Son filmes que se dedican a mostrar una faceta humana real, a no esconder nuestros peores defectos y endulzar nuestros encantos. Aunque siempre la visión del director, guionista, productor, o quien fuere, va a moldear y distorsionar la obra, ciertas personas logran una asíntota con la realidad y el arte.

Sympathy for Lady Vengeance es una de esas películas. Siendo la última parte de la trilogía del director sur coreano Chan-wook Park, tenía la ¿imposible? misión de cerrar un ciclo sobre la venganza subiendo el listón de sus predecesoras, Sympathy for Mr. Vengeance y Old Boy. En mi opinión, lo ha logrado. No es ni mejor ni peor que ellas, es diferente, es fresca. Aborda una tercer vista del tema inspirador, y lo hace bien. Aquí también hay puntos comunes: una larga reclusión, como en Old Boy, un(a) protagonista que comete un asesinato contra (a pesar) de su voluntad, como en Sympathy forMr. Vengeance. Pero el camino de venganza es distinto, es más sutil, y quizá más realista. Es más comprometido y es más social (¿?). Es más melancólico y significativo.

Lee Geum-ja es una joven hermosa que cautivo la opinión pública hace años, no solo por su belleza, que le valió la etiqueta de "ángel", si no por asesinar a sangre fría a un niño de cinco años, confesar su crimen y contarlo con lujo de detalles ante los medios, con reconstrucción incluida. Ese crimen la condenó a más de veinte años tras las rejas, en donde endureció su carácter, forjó amistades y se hizo de un capital de favores no cobrados, armándose de una útil careta de persona recuperada. Finalmente, cumplida su condena, y en la calle, la venganza rumiada durante tanto tiempo se pondrá en marcha.

A diferencia de Old Boy, aquí la protagonista es culpable desde un primer momento. Sabe lo que hizo, sabe quien la condenó, y por qué. Solo resta encontrarle y pasar factura. Si su crimen fue culposo o no, que le llevo a cometerlo y otras incógnitas son resueltas lentamente a lo largo de la cinta. Finalmente, la resolución es grandiosa, donde desvela hasta donde el apetito de venganza es superior al apetito de justicia, tal como la hemos definido los humanos (que dicho sea de paso, es la única definición existente). Aquí no solo hay una venganza personal, hay una venganza colectiva, aunque Lee Geum-ja se vale de ella para buscar (inútilmente) la paz de su conciencia.

No voy a detenerme detalladamente en el apartado meramente técnico: la cinta tiene la destreza visual de Old Boy combinada con el "no se que" de Mr. Vengeance. Es más calma, más detallista. Hay incluso una exquisita versión en blanco y negro, dando vueltas por internet.

¿Viste alguna vez en tu vida una película que te dejo sin aliento? Sea si o no la respuesta, esta es una película que tienes que ver por el simple echo de ser humano. Vale también para los extraterrestres que quieran desnudar la mente humana.

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